16/11/2020

ELECCIONES A RECTOR

CANDIDATURAS A RECTOR

La Universidad de Zaragoza como Laboratorio (razón 6 para votar)

Un laboratorio es, según la RAE, un lugar dotado de los medios necesarios para realizar investigaciones, experimentos y trabajos de carácter científico o técnico. La Universidad de Zaragoza ofreció 14 para dar apoyo diagnóstico ante la situación de pandemia, según informaron los medios el pasado 28 de marzo, una pequeña muestra de la multitud de laboratorios con los que cuenta la Universidad de Zaragoza, principalmente de investigación, pero también vinculados con medios audiovisuales (como el SEMETA en Zaragoza y el Laboratorio de Enseñanza-Observación LEO, en Huesca), y, más recientemente, han surgido diversos laboratorios también en el ámbito de Ciencias Sociales como el Circular Society Lab en Teruel, o, en Zaragoza, el Laboratorio Jurídico-Empresarial y el Laboratorio de Economía Social LAB_ES.

Respecto a la Universidad como institución, cabe preguntarnos si no podría ser en sí misma una realidad en la cual se experimenta y se practica en un entorno seguro. Sabemos que es un lugar con personas motivadas, con capacidad para aprovechar el potencial que ofrecen sus espacios y convertir a esta institución, no en un reflejo de la sociedad, sino en su referente, que se pone a su servicio para examinar soluciones a sus problemas y aprende haciendo  aplicar estas propuestas de soluciones. La Universidad podría utilizar sus Campus para experimentar, prototipar e innovar en, al menos, 5 ámbitos, que hemos estructurado en un esquema PESIC, emulando el nombre del prestigioso entrenador de baloncesto:

Campus Participativo. La Universidad es una institución democrática por definición que podría poner en marcha múltiples herramientas (voto electrónico, presupuestos participativos, sorteo cívico, etc.) para superar los problemas con más democracia que, después, se apliquen en otros contextos, una vez aprendidos los errores y reconocidas las virtudes. No obstante, la construcción de este acervo participativo debe ir más allá de transformar los cauces institucionales, extendiéndose a otros ámbitos de la vida universitaria. Se podría imaginar, por ejemplo, cómo sería una política cultural en la Universidad de la que se reapropie el estudiantado, aportando proyectos, y quizá gestionándolos, en parte. La cultura tiene una parte institucional y de conservación que, por supuesto, hay que cuidar y potenciar, pudiendo ser complementada por la cultura popular y desarrollada desde la base por la propia comunidad universitaria.

Campus Emprendedor. En la Universidad ya existe una oferta científico-tecnológica amplia y reconocida (https://otri.unizar.es/promocion/catalogo), que cubre necesidades como el asesoramiento especializado, incubadoras de ideas, etc., así como iniciativas, como el Hospital Veterinario o el Servicio de Prácticas Odontológicas (por los que ingresa 690.000 € según el último proyecto de presupuestos). Estos referentes nos permiten imaginar otros proyectos empresariales al servicio de la sociedad y de la propia comunidad universitaria, tanto en ámbitos nuevos (como centros de educación infantil, centros de día para mayores…), como en servicios que ya existen (como cafeterías, tienda universitaria…), siempre desde un sentido de servicio público y buscando mejorar el proceso enseñanza-aprendizaje, con el objetivo de que el estudiantado pueda tener una primera experiencia laboral en un entorno cercano y seguro. Estudiantes en quienes estamos seguros que se podría confiar para que se corresponsabilicen en la gestión de servicios universitarios, creando así Universidad con sus propias manos.

Campus Saludable y Sostenible, que aproveche su capacidad de agregación de demanda (concentra muchas personas en lugares localizados) para ofrecer productos y servicios que mejoren su calidad de vida de forma integral, por ejemplo, potenciando la oferta de productos frescos y ecológicos en sus cafeterías, la participación de la comunidad universitaria en huertos autogestionados, o el establecimiento de puntos de recogida de cestas de fruta y verdura ecológica y de proximidad en los Centros. En este sentido, la Universidad y sus Campus representan un entorno privilegiado para desarrollar la contratación pública responsable y estratégica, ya que hay espacios para la compra innovadora, contamos con profesionales de referencia, y la diversidad de los productos y servicios que la Universidad necesita contratar es muy amplia.

Campus Inteligente, invitando a avanzar a otras áreas de conocimiento en un camino ya iniciado por la EINA y por el Departamento de Geografía, a través de la geolocalización de los recursos y la monitorización de variables en edificios (principalmente, ambientales), con el fin de atender mejor las necesidades de las personas que habitan estos espacios. En otras Universidades, estos proyectos han conllevado una captación muy relevante de recursos en proyectos internacionales, y en una situación de COVID como la que vivimos, conocer estas variables quizá hubiera ayudado a establecer políticas más enfocadas.

Un Campus que nos Cuide. En el que, a través de un Servicio de Acompañamiento a las Personas – SAP, atienda de forma integral a quienes lo integramos, no solo en el aspecto físico o el puramente productivo, sino también en el mental, el social y el contextual, que son los que, en definitiva, permiten sostener la vida. Así, podríamos imaginar Equipos de Trabajo Social, integrados por PDI y estudiantes, que acompañen los procesos vitales de su plantilla, como ya ocurre en el Banco de España y otras instituciones públicas, o evocar una iniciativa similar al Servicio de Psicología Aplicada (SPA) que existe en la UNED, y que, por ejemplo, le ha permitido ofrecer atención psicológica a la comunidad universitaria y la sociedad en general ante la situación generada por la COVID.

Todo lo anterior, y más ámbitos que sería posible añadir, debe ser entendido como una inversión, tanto para incrementar el bienestar de la comunidad universitaria y la sociedad, como para generar el caldo de cultivo que impulse proyectos de investigación más amplios, en colaboración con otras instituciones públicas y privadas, que aprovechen los aprendizajes obtenidos dentro de nuestros Campus.

Para ello, se hace necesario generar como institución cauces para implementar una cultura de la experimentación y el prototipado continuo, que la ayuden a mejorar a través de la prueba y el error (de eso va el método científico), así como entender el fracaso como una oportunidad de aprendizaje que debe inspirar nuevos intentos. En definitiva, aplicar la cultura de un laboratorio (probar, examinar, practicar, descubrir…) al conjunto de la Universidad.

 

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Tenemos una lista de 10 razones por las que apoyar con tu voto a la candidatura de Carmen Marcuello. Hasta ahora te hemos contado:

Razón 1: ¿Y quién es ella?

Razón 2: ¿Cuáles son los efectos de la situación de alarma por COVID-19 en el día a día del estudiantado?

Razón 3: Encuentro web con estudiantes - Conclusiones: "Los estudiantes podemos ser parte de la solución.

Razón 4: Una investigadora de Organización de Empresas para un plan estratégico real(izable)

Razón 5: Una política de comunicación planificada para la Universidad.

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