INVESTIGACIÓN Y TRANSFERENCIA

La XXIV Campaña Antártica Española analizará el impacto de la contaminación y la evolución del cambio climático en la Isla Decepción

El catedrático de Química Analítica de la Universidad de Zaragoza, Jesús Anzano, y el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Jorge Cáceres, viajaron el año pasado a la isla. Este año el profesor Anzano apoyará desde Zaragoza las investigaciones en esta materia que dirigirá desde finales de enero hasta primeros de abril el profesor Cáceres en la base ‘Gabriel de Castilla’ del Ejército de Tierra.

El proyecto “Caracterización de Aerosoles Atmosféricos en la Antártida” comenzó oficialmente en 2018. Sin embargo, este estudio tiene su germen en un proyecto conjunto de la Universidad de Zaragoza y el Centro universitario de la Defensa desarrollado durante el curso 2016-2017.

“Estamos trabajando desde hace cinco años en la detección de material particulado, los metales que puede haber en el aire”, ha explicado Anzano, quien ha apuntado que hasta ahora se ha detectado la presencia de plomo y níquel, que no provienen del suelo antártico, sino que su origen es, probablemente, antropogénico, de la contaminación de los países más próximos, Chile y Argentina. En esta campaña se utilizará una nueva técnica con láser para determinarlo con exactitud. Anzano ha señalado que esta partículas coadyuvan a la formación de nubes, lo que favorece la llegada de las lluvias, con el consiguiente deshielo “y, por ende, sería un factor importante del cambio climático”.

Otra investigación será tomar muestras de heces de pingüinos para averiguar si contienen microplásticos y también se medirán las partículas presentes en el aire para indagar si hay compuestos orgánicos volátiles, así como si hay insecticidas en el agua marina, lo que de momento ha arrojado un resultado negativo.

La Antártida "es un paraíso para la investigación, es una parte virgen de nuestro planeta y la tenemos que preservar", ha manifestado Anzano, animando a invertir en la diagnosis del cambio climático. Además, el catedrático ha comentado que en la siguiente campaña antártica la Universidad de Zaragoza se coordinará con la Universidad del País Vasco y la Universidad de Málaga para estudiar los aerosoles con carga biológica para determinar si hay bacterias. Los resultados se comunicarán a la comunidad científica internacional mediante la publicación de artículos científicos en revistas especializadas, como 'Atmosphere', también con la difusión de vídeos y la realización de conferencias.

El equipo instrumental será trasladado a la Isla Decepción desde el puerto de Cartagena, donde se encuentra el barco científico Hespérides y otra parte se enviará desde Vigo. Los participantes se realizarán la prueba PCR para detectar la COVID-19 en Madrid y desde allí volarán a Punta Arenas (Chile), donde guardarán 14 días de cuarentena, para después embarcar hacia Decepción. "La idea es que la COVID-19 no entre en la Antártida", ha declarado Anzano, para lo que se creará "una burbuja inicial donde se esté seguro" de que nadie la tiene, de ahí la realización de pruebas sucesivas de detección en España y Chile. El personal médico también dispondrá de material para hacer más pruebas sobre el terreno.

 

Plan Estatal de Investigación

La Campaña Antártica Española constituye un modelo de cooperación entre diferentes instituciones públicas y privadas al servicio de la I+D+i en el marco del Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación.

El Ministerio de Ciencia e Innovación financia los proyectos que se realizan tanto en las bases antárticas como a bordo del buque Hespérides, a través del Subprograma de Investigación Polar de la Agencia Estatal de Investigación, y la logística de la campaña. Además, el Comité Polar Español coordina las actividades que los diferentes organismos desarrollan durante las campañas.

Las entidades participantes en estas actividades son la Unidad de Tecnología Marina del CSIC, que gestiona la Base Juan Carlos I en la Isla Livingston y coordina la logística general de la campaña antártica; el Ejército de Tierra, que gestiona la 'Gabriel de Castilla' en Decepción, y la Armada, que opera el Hespérides.

Tanto el Hespérides como las bases antárticas forman parte del mapa español de Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares, instalaciones, recursos o servicios excepcionales en su género, cuya importancia y carácter estratégico justifica su disponibilidad para todo el colectivo de I+D+i.

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