INVESTIGACIÓN Y TRANSFERENCIA

CANDIDATURAS A RECTOR

Más de 250 investigadores aragoneses trabajarán juntos en todas las fases de la cadena alimentaria en el Instituto Agroalimentario de Aragón

El nuevo IA2 dará soporte a científicos de 30 grupos de investigación de la Universidad de Zaragoza y del CITA del Gobierno de Aragón

Rafael Pagán Tomás, catedrático de Tecnología de los Alimentos de Unizar, ha sido designado director en funciones del nuevo instituto, en una reunión a la que ha asistido el rector y el consejero de Industria e Innovación
Aragón ha dado un paso decisivo en la investigación de la excelencia en el ámbito agroalimentario. A partir de ahora, y bajo el paraguas del recién constituido Instituto Agroalimentario de Aragón, más de 250 científicos pertenecientes a 30 grupos de investigación de la Universidad de Zaragoza y del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), del Gobierno de Aragón, colaborarán en el estudio de las distintas fases que integran la cadena alimentaria.
 
Este Instituto Agroalimentario de Aragón cuenta desde hoy con una comisión rectora, que trabajará en la puesta en marcha del instituto con el objetivo de que esté funcionando a pleno rendimiento antes de final de año.
 
Rafael Pagán Tomás, catedrático del Área de Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Zaragoza, será el director en funciones del IA2, mientras que Clara Marín Alcalá, actual directora de investigación del CITA, y José Emilio Mesonero Gutiérrez, profesor titular del Área de Fisiología del campus, han sido designados subdirectores en funciones.
 
Estos nombramientos fueron aprobados ayer durante la primera reunión de la constitución de la comisión rectora, en la que han participado el rector de la Universidad de Zaragoza, Manuel López Pérez;el consejero de Industria e Innovación, Arturo Aliaga; el director general de Investigación e Innovación, Miguel Ángel García Muro; el director-gerente del CITA, José Vicente Lacasa; el vicerrector de Política Científica, Luis Miguel García Vinuesa y la vicerrectora de Transferencia e Innovación Tecnológica, Pilar Zaragoza.
 
El ámbito agroalimentario se ha convertido en un área de importancia estratégica para la comunidad autónoma aragonesa y se entronca con las líneas prioritarias de las universidades del Valle del Ebro, que integran el Campus Iberus, y entre las que se encuentra el campus público aragonés.
 
El Instituto Universitario de Investigación Mixto dedicado a la agroalimentación investigará desde la producción de materias primas de origen vegetal y animal, su transformación industrial en alimentos, bajo criterios de calidad y seguridad alimentaria, hasta aspectos relacionados con la gastronomía, la nutrición, la salud y el consumo, teniendo en cuenta aspectos económicos, sociales y medioambientales.
 
Hasta el momento, 154 investigadores permanentes y 92 no permanentes, pertenecientes a 30 grupos de investigación reconocidos por el Gobierno de Aragón, han mostrado interés por adherirse a esta nueva estructura. Estos grupos pertenecen al CITA y a la Universidad de Zaragoza (fundamentalmente la Facultad de Veterinaria y la Escuela Politécnica Superior de Huesca, además de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte de Huesca y las Facultades de Ciencias, Economía y Empresa, Medicina  y la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de Zaragoza). Además, también se espera contar con 8 grupos de investigación de la Estación Experimental de Aula Dei del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que integran a más de 30 investigadores, bajo la figura de personal asociado.
 
Durante los últimos dos años, los grupos de investigación adheridos al IA2 han publicado más de 500 artículos en revistas internacionales, formado a 50 doctores y firmado más de 250 contratos con empresas, que junto a la captación de fondos en convocatorias públicas (regionales, nacionales y europeas), supone una media de 7 millones de euros de ingresos al año.
 
Hacia la excelencia
Con la creación del Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2) se pretende favorecer la agregación de investigadores de prestigio procedentes de ambas entidades y su correspondiente coordinación, compartiendo experiencia, estructuras, servicios, recursos y técnicas. Ello facilitará la definición de proyectos de investigación multidisciplinares, más ambiciosos y globales, como elemento distintivo de calidad en el ámbito nacional e internacional.
 

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