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Covid-19_Aragón: La colectividad puede y debe contener al virus

Cristina Tejel, investigadora del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (ISQCH), ha modelizado la evolución, día a día, de la enfermedad infecciosa COVID-19 en Aragón

Los resultados obtenidos permiten mantener un cierto optimismo, pero, su evolución, dependerá de la responsabilidad individual, y del cuidado de las medidas de higiene y de distanciamiento social
Los resultados obtenidos en la modelización de la evolución de la enfermedad infecciosa COVID-19 en Aragón permiten mantener un cierto optimismo, pero, su evolución, dependerá de la responsabilidad individual, y del cuidado de las medidas de higiene y de distanciamiento social. Así se desprende de la modelización que ha realizado Cristina Tejel, investigadora del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (ISQCH), centro mixto de investigación del CSIC-UNIZAR.
 
Los modelos matemáticos no son una bola de cristal, pero sí que pueden suscribir frases del tipo: ‘si se cumplen estas condiciones, el resultado será …’. En el caso de la evolución del coronavirus en Aragón, el segundo confinamiento (muy restrictivo) posicionó a la Comunidad en la mejor carretera posible desde el punto de vista sanitario (‘mínimo número de contagios’, en azul en la imagen adjunta) y durante los 15 días siguientes -gracias al último confinamiento menos severo que el anterior- Aragón se estabilizó en una curva que conducía a 0 casos a mediados de julio (en verde).
 
La subsiguiente ‘salida de los niños’ no produjo apenas desviaciones del camino emprendido, pero durante la ‘salida de los adultos’ el comportamiento ciudadano (en general) no fue lo suficientemente responsable como para mantenerlo, observándose una importante desviación de la curva del ‘confinamiento’ a partir del 15-mayo. Esta desviación es más acusada conformen avanzan los días.
 
A día de hoy, una extrapolación optimista de los datos de personas infectadas desde el 15-mayo (utilizando la función de Gompertz como modelo matemático) indica que nos encontraríamos en la curva marcada en rosa. Este cambio de una curva a otra iría asociado a unos 250 infectados más y 40 fallecidos más a mediados de agosto, situación que podría ser peor si aumentamos el número de contagios pero mejor, si nos esforzamos en recuperar la curva del ‘confinamiento’ y ‘salida de los niños’.
 
Este retorno no es misión imposible, es cuestión de cumplir con el mayor rigor posible las medidas de distanciamiento social e higiene que reiteradamente recomiendan las autoridades sanitarias, de concienciarnos todos de que somos un equipo, donde si una persona juega mal es el equipo completo el que pierde, explica la investigadora. Sirva como ejemplo el brote recientemente detectado en Lérida, al que una fiesta de aniversario que reunió a una veintena de personas (de las que cuatro eran positivas y contagiaron a todas las demás), contribuyó en gran medida a que toda Lérida permanezca en la fase-I.
 
Adquirir la mentalidad de que debemos llegar a ser una colectividad que se ayude a sí misma porque cada individuo contribuye al bien de todos, donde todos sus integrantes son parte de la solución es, hasta la llegada de la vacuna, nuestra principal defensa frente a la covid-19.
 
Se adjunta imagen de dicha modelización.  

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