INVESTIGACIÓN Y TRANSFERENCIA

INVESTIGACIÓN

Un investigador en formación de la Universidad de Zaragoza, premio de la Unión Internacional de Química Aplicada

Eduardo Bolea Fernández es el único español de los cinco galardonados por esta entidad

Es un reconocimiento a su tesis doctoral, en la que propone una nueva técnica para hacer análisis y detectar elementos que están en muy bajas cantidades

La Unión Internacional de Química Aplicada (IUPAC) ha reconocido como una de las cinco mejores tesis doctorales sobre Química presentadas en todo el mundo a la realizada por Eduardo Bolea Fernández, investigador postdoctoral que compagina su investigación en Química Analítica del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) de la Universidad de Zaragoza con su formación actual en la Universidad de Gante (Bélgica).

Precisamente, Eduardo Bolea, integrado en el grupo del profesor Frank Vanhaecke en la Universidad de Gante donde defendió su tesis el año pasado, ha sido el único investigador en formación español galardonado.

“La verdad es que fue una gran sorpresa recibir este premio. Sabíamos que en los últimos años no había sido concedido a ninguna tesis doctoral dentro del área de la Química Analítica, lo cual resulta todavía más gratificante. Es un reconocimiento a todo el trabajo que conlleva hacer un doctorado y a mucho esfuerzo”, subraya Eduardo, quien además quiere dejar claro su agradecimiento, “a todas las personas que han trabajado en ella, en especial a mis directores de tesis, y como no, a toda mi familia”.

Su tesis propone una mejora sustancial en los métodos con los que se realizan los análisis para llegar a detectar elementos que se encuentran en bajas cantidades y que, por interferencias de otras sustancias, pueden no ser detectados o determinarse erróneamente. Con la técnica propuesta, basada en el empleo de dos espectrómetros de masas en tándem y en reacciones químicas en fase gas, se puede cuantificar con exactitud gran número de elementos de interés en campos clínicos y medioambientales, entre otros.

Así, la técnica que recoge la tesis de Eduardo Bolea Fernández se puede utilizar para controlar el nivel de titanio en sangre en pacientes con implantes, muestra que puede ser recogida durante un análisis sanguíneo rutinario o, como se describe en otra de las aplicaciones, a partir de una punción en el dedo, una técnica mínimamente invasiva. El titanio es un elemento complejo de medir pero que tiene su importancia, ya que si se detectara en una persona altos niveles, habría que pensar que puede ser porque ese implante no funciona correctamente, ayudando por tanto a un diagnostico prematuro que podría evitar complicaciones para los pacientes a corto y largo plazo.

Pero también es aplicable a otros campos que no están relacionados con la salud, como la geocronología. Esta técnica permite analizar la cantidad de los distintos isótopos de estroncio presentes en una muestra, lo que permite conocer la edad del material.

El futuro de la técnica sobre la que ha trabajado este joven estudiante procedente de la Universidad de Zaragoza pasa por su uso en detección y cuantificación de nanopartículas.

“Es increíble cómo esta técnica de análisis se ha ido reinventando con los años. Definitivamente, el análisis de nanomateriales es un tema de creciente interés debido a sus únicas propiedades físicas y químicas, y al escaso conocimiento sobre sus efectos, tanto a nivel medioambiental como para la salud. También merece la pena señalar cómo las barreras entre las diferentes áreas científicas son cada día más difusas. El presente y futuro de la investigación pasa por la colaboración multidisciplinar y el saber complementarse para conseguir un objetivo común”, explica.

Actualmente, Eduardo Bolea Fernández sigue ligado a esta Universidad a través del I3A, ya que continúa colaborando con el equipo de investigadores que dirige el profesor Martín Resano y que, en este momento, trabajan en diferentes proyectos europeos ligados a la búsqueda de nuevos métodos de análisis clínico no invasivos.

Sobre su futuro, dice que en investigación “siempre es algo incierto, pero hay que seguir trabajando duro día a día”, pero también deja un mensaje reivindicativo “por todos esos excelentes científicos formados en este país y que ahora están repartidos por todo el mundo logrando grandes cosas con su trabajo. Debemos reflexionar sobre esta situación y mejorar las condiciones de los jóvenes investigadores a corto y largo plazo”.

En su caso, ahora mismo tiene la oportunidad de continuar trabajando en investigación gracias a la Universidad de Gante, “y a la vez tengo también la suerte de seguir colaborando con la Universidad de Zaragoza gracias al I3A y al grupo de investigación MARTE. Dentro de unos años, solo el tiempo lo dirá.”

    Compartir: