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Un estudio de la Universidad de Zaragoza muestra el avance hacia una docencia mixta, que combine la enseñanza tradicional con la digital

La pandemia desvela otra forma de enseñar y hace necesaria la puesta en marcha de planes de formación para ajustar el rol del profesor y del alumno ante el uso de las tecnologías en el aula

Juan Carlos Bustamante, profesor e investigador en el ámbito psicoeducativo, ha dirigido un trabajo sobre la pertinencia del e-learning en esta crisis, en el que han participado familias, estudiantes, profesores y equipos directivos

(Zaragoza, miércoles, 1 de julio de 2020). España, en estos momentos, no está preparada para realizar una docencia exclusivamente e-learning, aunque existe un claro convencimiento sobre la idoneidad de una docencia mixta, en la que se combine, tanto la digital, que favorece un rápido acceso a la información, como la presencial, para favorecer el seguimiento, apoyo, y las relaciones sociales entre alumnado y profesorado. Para conseguirlo, es preciso impulsar planes de formación para ajustar el rol del profesor y del alumno ante el uso de estas metodologías.
 
Así se desprende de un estudio de la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza, dirigido por el profesor e investigador en el ámbito psicoeducativo, Juan Carlos Bustamante, que ha analizado la pertinencia de la metodología e-learning durante el confinamiento a partir de entrevistas y cuestionarios a los cuatro agentes educativos implicados: familias, estudiantes, profesores y equipos directivos.
 
La crisis producida por la pandemia de la covid-19 ha servido para reconocer el potencial educativo de esta metodología de enseñanza pero también para subrayar que no ha sido el momento oportuno para desempeñarla, ya que todavía hay algunos aspectos por atender y resolver como es la escasa formación específica en el uso del e-learning por parte del profesorado, la conectividad de las zonas rurales, la atención personalizada a los estudiantes con necesidades educativas especiales y la brecha digital.
 
Estas son las principales conclusiones del “Análisis de la utilidad, aplicabilidad y alcance de la metodología e-learning y recursos educativos digitales ante la situación producida por el COVID-19: un estudio cualitativo”, en el que también han participado Manuel Lizalde, Carlos Peñarrubia, y Manuel Segura de la Facultad de Educación. Se trata de un estudio que busca, no solo aportar evidencia a la comunidad científica, sino ofrecer también un material psicodidáctico útil para la comunidad educativa.
 
La recogida de datos se realizó de manera on-line durante un mes. Específicamente, en el caso de los alumnos, se les hizo llegar por vía telemática un cuestionario de preguntas abiertas, mientras que en el caso de maestros/profesores, representantes de equipos directivos y familiares se realizaron entrevistas individuales semi-estructuradas on-line con una duración media de 30 minutos.
 
Esta metodología e-learning ha sido la única viable que se ha reconocido para poder continuar con el curso escolar durante el confinamiento.
 
Ventajas
Durante este periodo, las principales ventajas que se han encontrado del e-learning han sido el acceso a múltiples recursos y la posibilidad de presentar la información al alumnado de forma más atractiva, constituyéndose este aspecto como un factor motivador para ellos. De esta forma, se puede favorecer una mayor implicación de los estudiantes en su aprendizaje haciendo que sean más autónomos en la organización y realización de sus tareas.
 
Inconvenientes
Mientras que los principales inconvenientes guardan relación con las conexiones, la comunicación y relación entre el alumnado y profesorado. El estudio revela que se ha realizado la pérdida del contacto con algunos de los alumnos, y también de los alumnos entre sí. No obstante, por norma general, el alumnado ha trabajado mucho y de forma constante, aunque los familiares han coincidido en que sobre todo al principio del confinamiento, la docencia se ha basado casi exclusivamente en contestar a las tareas que se han ido mandando, porque también se desconocía lo que se iba a evaluar.  
 
Dentro de los más perjudicados se encuentran los alumnos con necesidades especiales puesto que, aunque el e-learning tiene la posibilidad de individualizar las tareas si se quiere, es más difícil de realizar un correcto seguimiento. De la misma forma, el alumnado de Bachillerato, especialmente el de segundo curso, ha sufrido una gran confusión por el desconocimiento en la forma de evaluar y la incertidumbre generada por la prueba de la EVAU.
 
Formación del profesorado
Por otro lado, el profesorado confirma que no estaba preparado para afrontar la docencia exclusivamente mediante e-learning.
 
En el estudio se han podido observar diferencias entre el profesorado y los centros educativos que ya apostaban con anterioridad por las TICS. Especialmente en la forma de comunicarse con las familias y en los medios para realizarlo. Aquellos que previamente tenían aplicaciones y plataformas que entraban en el dominio del centro, hacían uso de los mismos, y aquellos que no utilizaban ninguna, han visto la oportunidad en aplicaciones gratuitas para poder gestionar y controlar la docencia.
 
 “En la mayoría de los hogares” -reconoce Juan Carlos Bustamante– “la percepción es que el profesorado necesita de más conocimientos tecnológicos, pedagógicos y de contenido para integrar la tecnología en el aula”. En este sentido, Bustamante afirma: “Es necesaria la puesta en marcha de planes de formación específicos que ajusten, no solo el rol del profesor ante el uso de estas metodologías, sino también el de los estudiantes”.
 
Nivel psicológico-emocional
Todos los participantes señalan dificultades a nivel psicológico-emocional, pero no tanto por la forma de llevar a cabo la docencia sino por el hecho de estar confinados. De la misma forma, este estudio ha servido para destacar que es importante tener en cuenta la experiencia emocional de los estudiantes para que el uso de la metodología e-learning sea exitoso. En investigaciones previas se ha visto que a la hora de usar este tipo de metodologías suelen mostrar estados emocionales positivos más que negativos.
 
 
Se adjuntan fotografías de los autores y una imagen de Jagrit Parajuli en Pixabay
 
Equipo investigador
Juan Carlos Bustamante (Investigador principal), Profesor Contratado Doctor Interino, Facultad de Educación (Zaragoza).
Manuel Lizalde Gil (Colaborador), Profesor Colaborador, Facultad de Educación (Zaragoza).
Carlos Peñarrubia Lozano (Colaborador), Profesor Ayudante Doctor, Facultad de Educación (Zaragoza).
Manuel Segura Berges (Colaborador), Doctorando Programa de Doctorado en Educación, Facultad de Educación (Zaragoza).