16/10/2025

INVESTIGACIÓN Y TRANSFERENCIA

INVESTIGACIÓN

El estudio de una estela funeraria inédita arroja nueva luz sobre la presencia del ejército romano en la Celtiberia a comienzos de época imperial

La pieza llevaba olvidada más de 40 años y fue redescubierta el año pasado dentro de una nave agrícola de Borobia, en Soria
Ahora, investigadores del Instituto de Patrimonio y Humanidades de la Universidad de Zaragoza y arqueólogos independientes publican un análisis completo de las inscripciones

La recuperación de una excepcional estela funeraria romana en el pueblo soriano de Borobia ha proporcionado nuevos datos sobre la actividad de las tropas auxiliares indígenas del ejército romano en la Celtiberia a comienzos de época imperial. Este hallazgo sugiere, además, la posibilidad de que la ciudad celtibérica de Virovia, hasta la fecha conocida solo por sus acuñaciones monetales, se localizara en las inmediaciones del casco urbano de esa misma localidad soriana.

El estudio “Los guerreros de Borobia. Una nueva estela opistógrafa latina procedente de la provincia de Soria”, publicado por la prestigiosa revista Archivo Español de Arqueología, ha sido realizado por el investigador Borja Díaz Ariño, del Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH) de la Universidad de Zaragoza, en colaboración con la arqueóloga Marta Chordá Pérez y el historiador Alberto Jiménez Carrera.

La pieza descubierta en el yacimiento de La Cerrada, una estela de grandes dimensiones elaborada en piedra arenisca, pertenecía a la tumba de un padre, Sempronio Aninio, y su hijo, Sempronio Ambato, probablemente soldados de caballería del ejército romano, tal y como sugiere la presencia de representaciones de jinetes armados.

La parte superior, con relieves de guerreros a caballo, se conservaba desde los años 70 del siglo pasado en el Museo Numantino de Soria. La parte inferior, con cinco líneas de texto en cada una de sus dos caras, fue hallada poco después en una parcela de cultivo. A pesar de que su descubridor, un agricultor de la zona, avisó a las autoridades, la estela funeraria quedó olvidada durante más de cuarenta años dentro de una nave agrícola del pueblo de Borobia. El año pasado, el hijo la encontró mientras ordenaba el almacén y, consciente de su importancia, se puso en contacto con los responsables del Museo Numantino.

A finales de enero, personal de este Museo acudió a Borobia para recoger la estela cedida por el propietario y depositarla en sus instalaciones, donde finalmente se han reunido ambos fragmentos ofreciendo la posibilidad de realizar un análisis completo de las inscripciones. Según afirma el investigador Borja Díaz, “este hallazgo aporta información novedosa sobre una zona muy desconocida de la Celtiberia y abre estimulantes e inesperadas perspectivas a investigaciones futuras”.

Y añade que de la localidad de Borobia proceden otras dos estelas funerarias de la misma cronología, también con representaciones de jinetes armados con lanzas y escudos, lo que según el historiador reforzaría la idea de que en ese lugar pudo estar acantonada una unidad de tropas de caballería romanas, seguramente reclutadas en la zona, dado que todos los individuos mencionados tienen nombres de carácter autóctono.

La revisión de los materiales arqueológicos recuperados en Borobia ha permitido, además, identificar varias monedas acuñadas entre los siglos II y I a.n.e., entre ellas alguna perteneciente a la rara ceca de Virovia, lo que sugiere la hipótesis de que esta ciudad celtibérica, prácticamente desconocida hasta la fecha, pudo haberse encontrado en ese mismo lugar, una posibilidad que se espera poder confirmar en próximas investigaciones.

[Información de las figuras]

Figura 1. Montaje fotográfico con los dos fragmentos de la estela de Borobia (fotos, Museo Numantino y Marta Chordá).

Figura 2. Dibujo de las dos caras de la estela de Borobia (dibujo: M.ª C. Sopena).

Figura 3. Moneda de la ceca celtibérica de Virovia, recuperada de manera casual en las inmediaciones de la torre de la iglesia de Borobia. En el anverso: cabeza viril con torques. En el reverso: jinete lancero con el nombre de la ceca en escritura paleohispánica (fotos: A. Jiménez; dibujos: M.ª C. Sopena).

 

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