Ambos representantes explicaron a Guarinos los pormenores de este ambicioso proyecto que abarca cinco comunidades autónomas (Castilla-La Mancha, Aragón, Castilla y León, La Rioja y Valencia) y diez provincias. En lo que se refiere a Guadalajara, afectaría prácticamente a toda la provincia, exceptuando la capital y el Corredor del Henares.
La intención de los promotores del mismo es que todas las diputaciones y los gobiernos regionales de este territorio entren a formar parte del Consorcio Celtiberia aprobado por el Gobierno de Aragón el 18 de diciembre de 2012, con el objetivo de desarrollar el proyecto, para lo que acaban de iniciar las reuniones con las administraciones provinciales, al mismo tiempo que la Comunidad de Aragón ha invitado a los gobiernos autonómicos a adherirse. En este sentido, la Diputación Provincial de Guadalajara se ha mostrado muy receptiva ante la propuesta.
Tal y como explicó Francisco Burillo, gracias a este proyecto y a un exhaustivo trabajo de investigación desarrollado por 28 investigadores denominado Proyecto Celtiberia se ha logrado definir un territorio con unas características similares, en cuanto a su despoblación, a la zona ártica de los Países Escandinavos, por lo que lo han denominado La Laponia del Mediterráneo.
Concretamente en el Sistema Ibérico Central, en una cota superior a los 700 metros y una extensión de 63.098 kilómetros cuadrados, viven censadas 503.566 habitantes. Hay que tener en cuenta que Zaragoza supera los 800.000. Esto nos da una densidad de población de 7,98 habitantes por kilómetro cuadrado, lo que da lugar a que sea, en la escala de la Unión Europea, un territorio de características especiales de extrema despoblación, porque únicamente la zona ártica de los países escandinavos compartiría esta misma situación. Sin embargo, nuestras características son todavía más extremas: No solamente estamos hablando de un territorio despoblado, sino de una zona rural remota, porque en el caso de la zona ártica la población se ha concentrado en torno a Los Fiordos, con lo cual los servicios de hospitales, de enseñanza, etc. los tiene la mayoría de la población. Sin embargo, en la Serranía Celtibérica existe un proceso de despoblación muy avanzado que hace que la zona esté muy desarticulada, aclara el catedrático.
Con este escenario como telón de fondo el proyecto Serranía Celtibérica pretende, según Burillo, la visibilización del territorio: Esto es que el Estado Español lo vea como una entidad de especiales circunstancias, sobre todo dentro de la Ley de Desarrollo Rural Sostenible. Y que la Unión Europea reconozca sus características extremas, pues es el único territorio de gran extensión (es un 20% superior a Holanda) en el que se encuentran tres de las seis categorías de territorios para los que tiene legisladas ayudas específicas: zona de montaña, rural remota y despoblada. En última instancia, lo que busca esta iniciativa es desarrollar una herramienta de promoción conjunta a nivel nacional e internacional que aúne todos los elementos potencialmente turísticos y ponga en valor los productos de calidad agroalimentarios que convergen en este territorio.
Queremos desarrollar productos o procesos de investigación para poder promocionar, de manera conjunta, todo el patrimonio natural, cultural y los productos agroalimentarios que tiene todo este territorio para que tenga un desarrollo sostenible desde el punto de vista del turismo de interior. En definitiva, que el territorio Serranía Celtibérica, que ya cuenta con un logotipo, sea un referente internacional para acudir a los mercados internacionales de ferias y a aquellos lugares donde existe un turismo vinculado con España, como Inglaterra y Alemania, pero también la captación del turismo emergente como puede ser Japón, China o Rusia. En este sentido, lo que se pretende no es solo captar el turismo hacia este territorio, sino que los productos agroalimentarios que éste tiene puedan difundirse en ese mercado internacional, concluye Francisco Burillo.