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Pedro Arrojo
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Discurso de aceptación del Premio Goldman 2003 para Europa Pedro Arrojo Agudo Profesor en la Universidad de Zaragoza y Presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua Sr.Goldman, honorables invitados, señoras y señores. Debo ante todo agradecer a la Fundación Goldman este gran honor. Al recibirlo quiero recordar públicamente, ante todo a mi madre que marchó de nuestro lado hace tan sólo dos meses, pero que seguro llora de alegría en algún lugar; cuando menos en mi corazón. También lo dedico de forma especial a otras tres personas que están aquí conmigo: mi padre, el hombre que más admiro y quiero en el Mundo; a mi compañera y amor de mi vida Carmen y a ese hijo que ya asume su papel en la lucha por un mundo mejor y me llena de orgullo y ternura. Pero sobre todo quiero decirles que acepto con agradecimiento este gran honor porque lo siento como un premio a miles de personas que luchan a ras de tierra, en defensa de la vida y de la dignidad humana. El agua, como he dicho otras veces, es el alma azul de este planeta. Luchar por la salud de ríos y mares es luchar por una vida digna de las gentes que viven y vivirán sobre este planeta. Durante el último siglo hemos envenenado este alma azul. Hemos llevado a nuestros ríos y humedales a una verdadera catástrofe hidrológica; mil quinientos millones de personas no tienen acceso al agua potable; millones han sido obligadas a abandonar a la fuerza sus pueblos para inundarlos con grandes embalses; muchos de nuestros grandes ríos ni siquiera llegan al mar… Como han visto en el vídeo mi propio país es uno de los que han construido más embalses por habitante y por kilómetro cuadrado en el Mundo, y aún así, ya en el siglo XXI, nuestro Gobierno pretende imponer un Plan Hidrológico basado en el hormigón bajo expectativas de financiación pública de la UE. Es el camino de la insostenibilidad, de la brutalidad y de la corrupción; lo que ustedes han denominado con acierto el “Pork Barrel” de las “subvenciones perversas”. Vengo de Barcelona, donde el pasado domingo cientos de miles de personas se manifestaban por una Nueva Cultura del Agua. Desde la Universidad y los movimientos sociales estamos proponiendo soluciones y alternativas, priorizando la buena gestión, la conservación de nuestros ecosistemas y el uso de nuevas tecnologías en la perspectiva del desarrollo sostenible. Es hora de acabar con la barbarie y la soberbia de ese mal entendido progreso que justifica la destrucción en nombre del desarrollo. Ni el agua, ni el petróleo, ni la ambición por cualquier otro recurso que nos ofrece, generosa, la madre naturaleza, puede ni podrá justificar jamás ninguna guerra. La Nueva Cultura del Agua que proponemos es una cultura de paz. Quienes piensan que el orden mundial o los planes hidrológicos se deben imponer a golpe de hormigón y de bombas inteligentemente asesinas se equivocan y no debemos permitir que gobiernen el Mundo. Ciudadanos del Mundo, sintiendo en nuestros corazones el horror de millones de iraquíes inocentes y la sinrazón de la muerte de niños, mujeres y hombres, incluidos los soldados enviados al absurdo de la guerra, os propongo transformar nuestra indignación y nuestro dolor en un compromiso perseverante de lucha y de inteligencia colectiva por la PAZ. Por la PAZ entre los hombres; y también por la PAZ entre los hombres y esa naturaleza que nos da la vida.
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