Significado de Razón

 


                                                                                                                                                        
por Bertrand Russell

 

 

Razón tiene un significado perfectamente claro y preciso: significa la elección de los medios adecuados para lograr un fin que se desea alcanzar. No tiene nada que ver con la elección de los fines. Pero los enemigos de la razón no se dan cuenta de esto, y piensan que los defensores de la racionalidad quieren que la razón dicte los fines al igual que los medios.

Hay una frase famosa: 'La razón es, y sólo debería ser, esclava de las pasiones'. Esta frase expresa una opinión que yo, como todo hombre que intenta ser racional, apruebo por completo. Cuando se me dice, como ocurre con frecuencia, que apenas tengo en cuenta el papel que juegan las emociones en los asuntos humanos, me pregunto qué fuerza motora supone el crítico que considero dominante. Los deseos, las emociones, las pasiones (se puede elegir la palabra que se desee) son las únicas causas posibles de la acción. La razón no es la causa de la acción, sino sólo un regulador. Si yo deseo ir a Nueva York en avión, la razón me dice que es mejor coger un avión que vaya a Nueva York que uno que vaya a Constantinopla. Supongo que aquellos que me consideran excesivamente racional, creen que debería impacientarme tanto en el aeropuerto como para coger el prime avión que viera, y cuando este aterrizara en Constantinopla debería maldecir a la gente que me encontrara por ser turcos en vez de americanos...

Hay varios motivos que pueden llevar a la gente a odiar la razón. Se pueden tener deseos incompatibles y no querer darse cuenta de que son incompatibles. Se puede desear gastar más de lo que se posee y, sin embargo, querer seguir siendo solvente. Y esto puede hacer que odies a tus amigos cuando te muestran los frío cálculos de la aritmética.                            

 

   Existe otro motivo más siniestro para aprobar la irracionalidad. Si los hombres son suficientemente irracionales, se les puede inducir a que sirvan a tus  intereses bajo la impresión de que están sirviendo a los suyos propios. Este caso es muy corriente en política. La mayoría de los líderes políticos adquieren su posición al lograr que un gran número de personas crean que estos líderes se mueven por deseos altruistas. Es bien sabido que esta creencia se acepta con más facilidad bajo la influencia de la excitación. Las bandas, la oratoria de multitudes, el linchamiento y la guerra son etapas en el desarrollo de la excitación. Supongo que los que defienden la irracionalidad creen que hay una mayor oportunidad de engañar al pueblo provechosamente si lo mantienen en estado de efervescencia. Quizás sea mi aversión por este tipo de procesos lo que hace que la gente diga que soy excesivamente racional.