El Grupo aragonés de Investigación en Educación Física y Promoción de la Actividad Física (EFYPAF), con sede en el Campus de Huesca, ha recibido el Premio Nacional de la estrategia NAOS a la Promoción de la Práctica de la Actividad Física en el Ámbito Escolar por el proyecto Sigue la huella. Este trabajo, que fue coordinado desde la sede oscense de la Universidad de Zaragoza, entre 2009 y 2012, por los investigadores Berta Murillo, Eduardo Generelo y José Antonio Julián,desarrolla una propuesta de intervención para incrementar los niveles de práctica de actividad física en adolescentes, a partir de los resultados de un estudio realizado durante tres años en cuatro centros de Educación Secundaria Obligatoria de la capital oscense.
La sede del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en Madrid acogió, el pasado 5 de noviembre, la entrega de los VI Premios Estrategia NAOS -correspondientes a la edición de 2012- en un acto que estuvo presidido por la ministra Ana Mato. Berta Murillo, y José Antonio Julián recibieron de sus manos este galardón.
Además de los tres coordinadores Sigue la huella ha contado con la participación de Alberto Abarca, Alberto Aibar, Luis García, Javier Zaragoza y Hugo Biarge, integrantes todos ellos del grupo de investigación EFYPAF, radicado en el Campus oscense. Junto a ellos han colaborado a lo largo de esos tres años especialistas de otras universidades españolas, francesas, canadienses y portuguesas.
Este complejo trabajo no podría haberse realizado sin la colaboración de todos los adolescentes, sus familias y el profesorado de los centros educativos implicados en el estudio entre 2009 y 2012, señala José Antonio Julián, que también quiere recordar las aportaciones del Sistema aragonés de Asesoramiento y Recursos en Educación para la Salud (SARES), del Servicio Provincial de Educación y el Centro de Profesores y Recursos de Huesca, así como del Patronato Municipal de Deportes y el Plan Municipal de Juventud de la capital altoaragonesa.
El objetivo del programa Sigue la Huella, señalan sus autores, ha sido aportar conocimiento práctico con el que contrarrestar los insuficientes niveles de práctica de actividad física de los adolescentes, con la convicción de que la solución a este problema se encuentra en el potencial de los centros educativos. A partir de las investigaciones realizadas se diseñó, puso en marcha y evaluó un proyecto de intervención para mejorar la actividad física y la salud que se implementa desde los propios espacios docentes.
Previamente se estudiaron los niveles de actividad física de la población adolescente, así como sus percepciones en aspectos relacionados con la mejora de su salud. Posteriormente se desarrolló el programa de intervención escolar basado en la acción tutorial y las actividades de educación física de los centros, y apoyado en otras iniciativas puntuales.