Los Rectores de las Universidades Españolas alzamos de nuevo la voz, tras los comunicados de noviembre de 2012 y mayo de 2013, para pedir al gobierno una apuesta firme y estratégica de aumento en la inversión en I+D+i, en este contexto de grave crisis económica, que tantos recortes ha provocado. haya mejorado la financiación del CSIC. Asimismo, recuerda que en las universidades se lleva a cabo dos tercios de la producción científica nacional y es por tanto un elemento crucial y motor del progreso económico y social. La Universidad española tiene además que soportar la subordinación de los gastos en I+D+i a los objetivos de déficit de la Comunidad Autónoma en que se ubica. Ello conduce, sin remedio, a no poder desarrollar proyectos y programas de investigación que, aun estando bien evaluados, no se financian en aras a conseguir el objetivo de déficit, aumentando la ineficiencia del sistema.
Esta ineficiencia se agrava con la incomprensible falta de coordinación interministerial en los programas de recursos humanos de I+D+i, principalmente, así como por las ingentes trabas administrativas, burocráticas y de gestión que lastran la actividad científica y dañan irreparablemente al sistema de I+D+i. Además, los injustificables retrasos, algunos de muchos meses, en la publicación de convocatorias de programas de recursos humanos y de financiación de proyectos, están poniendo en grave peligro la mera supervivencia de muchos grupos de investigación de elevada calidad, y con ello, el mantenimiento de importantes líneas de investigación e innovación.
Igualmente, se hace necesario reclamar, una vez más, la puesta en marcha de la Agencia Estatal de Investigación y exigir que se garantice una gestión eficiente de la I+D+i regida por una financiación suficiente y sostenible, y por una planificación estratégica e independiente.
Los enormes recortes presupuestarios han colocado a la investigación en España en una situación gravísima: solo un cambio de política, radical e inmediato, dirigido a dotarla de un nivel de financiación comparable a la de los países de nuestro entorno, puede evitar que nuestro país pierda, una vez más, el tren de la modernidad y de un futuro de bienestar basado en la innovación y el avance del conocimiento.
Pedimos, por tanto, que el Gobierno tome urgentemente decisiones para apoyar y salvar la I+D+i en España. Decisiones que impidan que se derrumbe el frágil sistema que, con el esfuerzo de los investigadores y con el dinero de los impuestos de los ciudadanos, hemos construido y desarrollado en las últimas décadas hasta acercarlo a los puestos de liderazgo en los que nuestro país merece estar. Solo así será posible salir de un modo sólido, estable y duradero de la crisis económica que nos afecta.