El proyecto CSI-Zaragoza, en el que han participado 600 alumnos de Secundaria de Aragón a lo largo de los últimos meses, celebrará este lunes una sesión de clausura, que tendrá lugar en el Salón Rioja del Patio de la Infanta de IberCaja. Dos conferencias y la presentación de trabajos presentados por los propios participantes servirán para poner en común a lo largo de la mañana los conocimientos adquiridos en esta actividad de divulgación científica, en la que han tenido la oportunidad de acercarse al método científico.
CSI Zaragoza es un proyecto organizado por el Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón, el Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (centros mixtos del CSIC y de la Universidad de Zaragoza) y la Obra Social de Ibercaja. El proyecto ha sido financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología-Ministerio de Economía y Competitividad, la Obra Social de Ibercaja y los propios institutos.
El acto institucional contará con la presencia de la directora de la obra social de Ibercaja, el vicerrector de Política Científica de la UZ, el director del ISQCH y el director del ICMA.
Las conferencias correrán a cargo de Fernando Luis Vitalla, investigador del grupo Molecular Chips, del ICMA, sobre Materiales magnéticos para los ordenadores del futuro, y de Carlos Martín Alberca, de la Universidad de Alcalá de Henares, sobre Investigación en Química forense.
En esta experiencia, los alumnos han podido descubrir cómo a partir de un determinado problema es necesario definir una serie de ensayos y con los resultados obtenidos en los mismos poder solucionar el problema inicial. En concreto se les pedía a los jóvenes que se sintieran investigadores del CSI en Zaragoza y analizaran unas pruebas que se habían encontrado en la escena de un crimen. La mitad de los grupos han tenido que estudiar un material, descubriendo durante el taller que era una cerámica magnética, que se podía imanar con cierta facilidad y que, por sus propiedades, podía utilizarse en los discos duros. De esta manera aprendieron las ideas básicas de funcionamiento de estos dispositivos. La otra mitad han desarrollado talleres relacionados con la identificación de sustancias desconocidas, las relaciones entre la estructura y su efecto sobre el organismo, o la búsqueda de evidencias, tales como huellas dactilares, restos de sangre y ADN.
Una actividad similar fue desarrollada con estudiantes de Bachillerato durante los meses de octubre y noviembre. En este caso los experimentos se realizaron en los laboratorios de investigación de los propios institutos.