El Campus de de Huesca rememora la marea blanca del Prestige en su décimo aniversario. La Escuela politécnica Superior, centro que acoge los estudios de Ciencias Ambientales de la Universidad de Zaragoza, ha programado diversos actos con voluntarios aragoneses que participaron en la recogida de chapapote en las costas gallegas en los meses siguientes a la catástrofe causada por el naufragio del petrolero, sucedido el 13 de noviembre de 2002. Una mesa redonda -acompañada por un documental realizado por los protagonistas- tendrá lugar el jueves, 15 de noviembre, a las 13 horas en la sede del centro (Carretera de Cuarte s/n). Y una exposición, que puede visitarse en el mismo lugar desde este lunes, 12 de noviembre, y hasta el día 23, revive aquel momento en que miles de personas venidas de toda la geografía vistieron monos de trabajo blancos para recuperar el litoral.
El centro oscense ha programado estos actos con motivo del día del centro, que se celebra el viernes 16. El programa de este San Alberto incluye también, durante esta semana, actividades lúdicas y de convivencia entre estudiantes y personal universitario, y un mercadillo bibliográfico centrado en la agricultura, la ganadería y el medio ambiente -temas en que se centra la docencia y la investigación que allí se realiza-.
Las mareas, negra y blanca, del Prestige.
Tomás Arruebo, ambientólogo y estudiante de doctorado de la Universidad de Zaragoza y Alfonso Pardo, profesor de Ciencias Ambientales del Campus oscense, dos de las personas que formaron parte de un grupo de voluntarios aragoneses que trabajó en la Costa da Morte en marzo de 2003, explicarán en la mesa redonda sus experiencias en aquellos días de trabajo que compartieron con personas de toda España. Les acompañará, a través de videoconferencia, Carlos Rodríguez, profesor de la universidad pública en la capital aragonesa, que está organizando actualmente el Congreso Nacional de Medio Ambiente, que se celebra en los próximos días en Madrid. Rodríguez participó en la gestación de este equipo aragonés, integrado por estudiantes y profesores, que viajó a Galicia nenh aquel momento. En el mismo acto se proyectará un documental realizado durante la semana que allí permanecieron (una semana era el tiempo de estancia de los grupos de voluntarios ante la avalancha de personas que querían participar en aquel proceso).
Una exposición, que puede visitarse hasta el día 23, recoge, a través de fotografías, equipos de trabajo utilizados entonces, e incluso de trozos de chapapote, los recuerdos de los aragoneses integrantes de aquella marea humana a favor del medio ambiente. La exposición permanecerá abierta de lunes a viernes, de 8,30 a 21 horas (con la excepción del día 16 en que el centro estará cerrado).
Alfonso Pardo cree que es interesante para toda la sociedad, pero especialmente para los actuales estudiantes de Ciencias Ambientales, recordar aquellos hechos, que impactaron por las dimensiones de la catástrofe ecológica, social y económica provocada, pero también por el amplio movimiento social que Pardo considera que ha podido ser el germen de otros surgidos posteriormente- que llevó a muchas personas a organizarse colectivamente, de forma autónoma, para intentar resolver la grave situación que se estaba viviendo. Una marea blanca se superpuso a la marea negra que venía del Atlántico.